No me tragó la selva Maya, ni me ahogué en la playa, tampoco me cambié el nombre a Javier Choc Balam o cualquier otro suceso poco ortodoxo que se te haya ocurrido en este tiempo que no estuve.
Todo comenzó cuando súbitamente decidí salir un momento de la ciudad sitiada para conocer el mundo y de paso saludar a los familiares y amigos que en Mérida habitan.
Glorieta en la famosa calle paseo de Montejo (Wikipedia) Tal vez ya te comenté (y si no, pues lo hago ahora) que lo que más me ha impactado es que las
leyes de tránsito en esta ciudad son
respetadas como si fueran sagradas, además que
los policías de tránsito levantan multas, se llevan los coches mal estacionados *
cof cof* y
no aceptan mordidas; hasta parece otro mundo. Mérida es (en general)
una ciudad limpia, no he visto basura tirada en la calle, ni gente echada sobre sus heces y orines en el centro. También me sorprendió en extremo que aquí
los niños de escuelas públicas
sí tienen clases, parece que aquí la educación no la tienen solamente los hijos de riquillos y esto me da mucho gusto.
Pero dejando a un lado mis traumas de la infancia, he descubierto que no me gustan los climas cálidos, es insoportable el calor, la humedad y el sol. Cómo extraño el delicioso clima de la Puebla.
Por aquí
todos hablan chistosito, con ese típico acento Yucateco que no logran notar (así como los Oaxaqueños no podemos notar nuestro simpático acentó -sic-). Luego de imitarlo durante días y días
temo que se me vaya a pegar (lo cual sería muy chistoso pues me han dicho que ya logro imitarlo bien, hehe). Espero que pronto podamos platicar para que me escuches hablando yucateco :p es genial!
En los primeros días decidí salir a caminar para irme ubicando, en alguno de mis paseos llegué hasta quiensabedónde luego de haberme desviado varias calles de mi destino original y una vez que estuve convencido que
estaba totalmente perdido... decidí volver sobre mis pasos, pero fue difícil ya que
me volví a perder hasta que vi a lo lejos unas antenas de televisión que recordé que estaban cerca de la casa donde me estoy quedando, así que me encaminé. No había caminado dos cuadras desde que decidí ir a las antenas cuando
empezó a llover e inocentemente pensé que pasaría rápido... pero no, a los pocos segundos se soltó un
aguacero delicioso, hasta la lluvia sabe diferente (y de hecho se siente calientita :p ) así que llegué como trapo mojado, ¡qué delicia!
Últimamente ya no ha estado nublado así que... he decidido resguardarme del
sol porque quema horriblemente O__o
Y ahora me dejaré de escribir repentinamente y sin concluir para mantener el misterio de mi regreso a...
*desaparece Álex*