Bueno, la espera terminó. Les dejo la parte final de la primera parte. Cabe mencionar que esta historia de Las Plumas Del Cuervo está aún en fase de desarrollo. Hasta hoy sólo han leído el preludio (o sea la introducción). Por cuestiones de espacio y para que no fuera tan pesado ver muchísimas letras (si, sé que hay miles de sujetos q le temen a las letras) dividí en tres partes. Léanla y por favor dejen sus comentarios para que Luisillo del mal pueda obtener retroalimentación. Muchas gracias.
El coche duró unas cuantas horas para llegar a Ravendreams Town, mi nuevo mundo. Éste peculiar lugar fue fundado hace poco más de un siglo, o al menos eso dice el monumento que se encuentra en el centro de la plaza mayor. La ostentosa obra de arte, símbolo de todo el pueblo, está situada en el corazón de una hermosa fuente circular, en ella se alza un pedestal de mármol sobre el cual reposa un globo terráqueo de marfil con un cuervo de azabache de alas abiertas dispuesto a emprender vuelo. En el pedestal de esta imponente figura está una enorme placa grabada en oro que dice “Ravendreams Town, fundado en 1792 por el mundo entero”. Aunque sea difícil de creer esa frase no es una simple metáfora, por el contrario es algo enteramente cierto. Los fundadores de Ravendreams Town fueron personas de todas partes del planeta, de diferentes países y culturas que terminaron fusionándose para convertir a éste pueblo en lo que es hoy. Ubicado en el medio de la nada y al mismo tiempo conectado con el mundo entero, así de extraño y de contradictorio es éste sitio que se convirtió en mi hogar.
Desde aquél 29 de julio he vivido acá toda mi vida. Siempre en la misma habitación ubicada en el último piso de la biblioteca, muy cerca del ruidoso centro del pueblo. Durante mis primeros años no hable mucho, solo lo hacía para decir cosas vitales y aclarar dudas sobre algún un libro. Con el tiempo me fui adaptando y empecé a socializar más, no solo con Reinhardt, sino con todos los habitantes del pueblo que iban a la biblioteca. Nunca fui al colegio, todos mis conocimientos los obtuve a través de los libros y de una que otra “clase” que me daba Reinhardt. En 11 años, solamente leyendo, dominé varios idiomas; aprendí historia universal, arte, música y cultura general. Leí todas las novelas que tenía la biblioteca, desde los clásicos griegos, pasando por Dante, Garcilaso de la Vega, Shakespeare, Cervantes, Goethe, hasta llegar a los autores mas recientes como Herman Melville, Nikolái Gógol, Mary Shelley y entre ellos mi favorito: Edgar Allan Poe.
Al principio mi trabajo fue ordenar los libros y atender a los clientes de la biblioteca cuando el abuelo Reinhardt –como cariñosamente lo apode- se enfermaba. Con el tiempo empecé a ejercer otras funciones más importantes: llevar libros a domicilio, negociar la adquisición de libros nuevos, llevar el balance financiero y escribir algunas historias que terminaban siendo leídas por todo el pueblo. El abuelo Reinhardt se sentía muy orgulloso de mí y el día que cumplí la mayoría de edad me sorprendió al comprar una imprenta. Con ella pensaba publicar mis libros y materializar uno de sus grandes sueños: crear un periódico local. Yo sin dudarlo apoye la idea y después de pensarlo bien entre los dos nos repartimos el trabajo. Yo me encargaría de distribuirlo además de buscar y redactar la información mientras que el abuelo Reinhardt se ocuparía de los detalles técnicos e imprimirlo. Y así, fruto de un trabajo en equipo, nació “El cuervo informante” el periódico oficial –y único- de Ravendreams Town que en poco tiempo se ganó el cariño de todo el pueblo y pasó a ser un icono del mismo. Nadie podría tener una vida mejor a la que llevaba. Vivía entre libros y periódicos escribiendo historias, tenía amigos en cada esquina, era un periodista y escritor reconocido y lo mejor de todo, estaba comprometido con la chica más hermosa del pueblo, Verónica Sphenix.
Todo era perfecto… Tan perfecto como los crímenes que se suscitarían en Ravendreams Town y destruirían el mundo feliz que tanto tiempo le tomó armar a su servidor, el siempre presente Steven Lawrence.